martes, 23 de diciembre de 2008

Estábamos tan hechos todos

Mañana será Noche Buena.
Inicio este Blog como homenaje a mi amiga Victoria; una de esas Mujeres a la que haberla conocido se convierte en un privilegio.
Ella nos dejó el 12 de Octubre, después de una enfermedad fulminante que le cortó la vida en pleno vuelo.
Ella me enseñó a mirar a mi alrededor con la inocente pasión de quien habría de irse con urgencia antes de haber vivido y agotado todo el amor que tenía por dar.
Las cosas, la música, los paisajes... Ella convertía todo en puro latido.
De todo lo que ella me enseñó, desde su juventud gloriosa interrumpida de un manotazo, quiero dar fe en lo que aquí vaya insertando.
Estés donde estés, Victoria, éste es mi regalo para esta primera Navidad que no pasarás con nosotros.
Gaviola





69/2008/POEMA

ESTÁBAMOS TAN HECHOS TODOS…

Se me quedó la mano suspendida
en el aire.

Iba a escribir sobre el teclado
“Amiga, buenos días”
sin acordarme
de que ya no te asomas al espacio,
con la primera luz
recién bruñida.
De que sin darte cuenta
(sin intentar huir, posiblemente,)
te dejaste quebrar por la estocada
de un acero fatal y anticipado
forjado en abandonos,
templado con tu carne y con tu sangre.
Certero
para atinar a herirte
de muerte
allí donde la vida se hizo frágil
vulnerabilidad de madre sola.

Estábamos tan hechos
todos
a esperarte detrás de la pantalla,
a verte amanecer
en el interespacio incomprensible…

Estábamos tan hechos
todos
a dejarnos mecer por tus historias
de unicornios
retozando en la voz oscurecida
de la inhabitual Mercedes Sosa;
de faros
en los que te abrasabas evocando,
-eterna Abderitana-
el Faro del amor en que naciste.
De hombres por amar,
(y de algún desamor encarnizado
que te libó la vida poco a poco).
De padres que se fueron
dejándote la infancia a la deriva
llagada y sin timón.
Y de hijas
que fueron dolorosas
tempestades
como todas las hijas de este mundo,
lo mismo de insensatas
que todas las audaces golondrinas
que saltan de sus nidos
persiguiendo mosquitos luminosos.
Como fuimos tú y yo
(Tú sabes lo que digo).

Estábamos tan hechos
todos
a verte con los labios apretados
para no derramar
el vacío del fruto de tu vientre
pura desolación
(como todos los frutos inmaduros
que ensañan su rigor de acidez verde
en yermas deserciones uterinas
antes de ser regreso
y añoranza
de madre que se fue).

Estábamos tan hechos
todos
a vivir de lo tuyo,
a respirar tu olor -arena y mar-
a hablarnos con las gentes de tu entorno
como si fuera nuestro,
a respirar tu aliento retoñado
-congoja y yerbabuena-. Y a saliva
de párvulos
que te decían “Maestra” sin saber
que de verdad estabas impartiendo
la lección magistral de haber vivido
como un párvulo más
dentro de un cuerpo
que acabó traicionándote,
que arrastrabas
en los últimos días
como si fuera un cántaro vacío
de ti, de tu ternura,
con esa dignidad
de princesa de cuento
sin un final feliz…

¡Estábamos tan hechos
todos
a dejarnos querer
por ti, sencillamente!

Estábamos tan hechos a tenerte
que no nos dimos cuenta que te ibas.

Y ahora…

Iba a escribirte “Amiga, buenos días”
y acabé dibujando en el vacio
un recuerdo frutal
un epitafio:

Aquí yace Victoria
impenitente
como si no se hubiera arrepentido
del pecado mortal e inevitable
en Ella
de haber amado tanto.


Gaviola en Marineda. En un 29 de Noviembre de 2008.

1 comentario:

  1. la pérdida de un ser querido...
    es ganar un ángel que te ampare en el cielo.
    Lamento el fallecimiento de tu amiga.
    Tu poema transmite mucho Socorro.


    Se prefijó en mi sentir
    la regresión de sus pasos
    y el eco extinto de sus palabras.
    Su rostro abnegado
    afinaba las notas
    de su último concierto.
    Pero me niego a transigir himnos
    que ornan una ineludible retirada.
    Replegó su mirada
    exhausta del desconsuelo,
    mientras mis lágrimas
    irritaban unos ojos turbados.
    Jamás te dije un te quiero;
    porque jamás concebí
    que el tiempo anunciaría
    la conclusión de tu presencia.
    No. No alcanzo a tu adiós.
    Aún subsistes en mi mente
    embarazada de tu memoria.
    Por más que asciendas
    a la propia gloria;
    por más que el Cielo
    te requiera…
    Querida tía,
    yo tengo tu retrato.
    En él te veo y reparo
    todas nuestras charlas diarias.
    Querida tía,
    en mi mente, no habrá parto.
    Te quiero.


    A mi querida tía y madrina
    fallecida el 12.06.2008

    Ella está viva en mi recuerdo.
    Te envió este pomea como muestra a mi condolencia.

    Un beso,
    Cris.

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